Datamine explora) continuamente (maneras) de optimizar los procesos dentro de la cadena de valor de la minería.
Con la creciente intensidad de condiciones volátiles, inciertas, complejas y ambiguas (Volatile, Uncertain, Complex and Ambiguous; VUCA) queimpactan a nuestra industria en los últimos años, observamos lo siguiente:
- el aumento de la volatilidad con las cadenas de suministro;
- la mayor incertidumbre sobre los riesgos geopolíticos;
- el aumento de la complejidad de los depósitos minerales;
- la ambigüedad constante sobre cómo abordar los aspectos medioambientales, sociales y de gobernanza (Environment, Social, Governance; ESG) desde una perspectiva operativa.
Decidir por dónde comenzar para que su negocio y sus sitios operativos recuperen la estabilidad y el control puede ser complicado y confuso.
No se trata de inventar un nuevo proceso, sino de innovar con los sistemas existentes para ofrecer mejoras sostenibles, de forma rentable.
Un área reconocida como un problema, aunque generalmente se la clasifica como “demasiado difícil”, es cómo optimizar el proceso “mine to mill” (de mina a planta). La noción de “mine to mill” no es nueva y ha existido durante décadas. Su primera exposición fue en la década de los 90. De hecho, es el objetivo subyacente de todas las minas.1 Entonces, ¿por qué no hemos visto que este concepto se adopte de forma generalizada y produzca una mejora continua, ni cambios decisivos en la eficiencia operativa en todo el sector minero al considerar tal proceso?
Con el tiempo, el enfoque “mine to mill” ha evolucionado de su concepto original se centraba en optimizar la fragmentación. Sin embargo, este es solo un elemento; el grado también es un factor que debe tenerse en cuenta. La eficiencia y el control de los costos son dos componentes importantes: combinados con la mejora de la recuperación y el grado de alimentación de contenido, comenzará a notar beneficios compuestos. En su sentido original y más amplio, el concepto “mine to mill” implica integrar las actividades entre el minado, la molienda y el procesamiento posterior para mejorar la eficiencia y los beneficios generales de la mina2, lo cual optimiza básicamente los silos de la organización.
Para identificar los beneficios del proceso, el lugar más sencillo para empezar es entender cómo medir y recompensar las funciones en sus operaciones. Es necesario determinar si su proceso de indicadores clave del desempeño (Key Performance Indicator; KPI) crea unidades independientes y separadas en lugar de un equipo cohesivo, centrado en el éxito a largo plazo del negocio.
Para reunir a un grupo dispar y que funcione, debe proporcionar una instrucción clara y lograr un acuerdo general sobre las metas y los objetivos de un proyecto. Esto crea una comprensión compartida y unida de lo que es el éxito del grupo y lo que debe lograrse.
Una vez que se hayan acordado las metas y los objetivos del proyecto, el próximo paso es la coordinación del equipo, en el que las distintas áreas de experiencia colaboran y trabajan en pos de la visión y los resultados compartidos.
Cuando la colaboración empiece a tener cierto éxito, la confianza crecerá dentro del grupo. Esto genera una mayor responsabilidad y compromiso mutuos para alcanzar las metas y los objetivos, en los que cada miembro se siente valorado y responsable del éxito de todo el grupo.
Derribar los silos entre los departamentos es más fácil de decir que de hacer, pero puede lograrse con KPI alineados y disponiendo de las herramientas y los recursos adecuados. Apoyar las decisiones fundamentales como equipo colectivo requiere los datos adecuados en el momento oportuno. A medida que los equipos mejoran con el tiempo, se puede desarrollar la automatización de ciertas decisiones, ya que se reconocen la relación y la confianza entre las entradas y las salidas, lo cual deja que los equipos se centren en decisiones más complejas.
Un propiciador clave de las mejoras de “mine to mill”, sin necesidad de cambios radicales, es implementar un cuadro de mando centralizado que extraiga datos de cada una de las funciones y los consolide en información factible. Una visibilidad clara de todo el desempeño operativo permitirá a los equipos la autonomía necesaria para determinar qué tácticas deben utilizar para alcanzar las metas y los objetivos del proyecto. Es esencial que la directiva sénior enfatice continuamente las metas y los objetivos del proyecto, y que la gestión del cambio se describa como un elemento fundamental a la hora de pasar al enfoque de optimización de “mine to mill”.
Hasta que “mine to mill” no se considere como un proceso único y conjunto, y se convierta realmente en parte de la cultura operativa de una organización, es posible que las metas y los objetivos de un proyecto no se logren, que un equipo esté más desunido y que tenga un efecto negativo en el balance del negocio.
Un enfoque consolidado de la optimización de “mine to mill”, y su control, tendrá un efecto positivo en varios procedimientos operativos mineros con mejoras potenciales, entre las que se incluyen la reducción de la pérdida de mineral, la minimización de la dilución, la optimización de la fragmentación y el aumento de las tasas de proceso de la planta. El efecto combinado de estas optimizará la energía por unidad de metal que se produce, lo cual permitirá mejorar los resultados de sostenibilidad y el control de costos.
Referencias:
- Scott A, Segui J, Kanchibotla S. “Ore Characterisation for Mine to Mill Fragmentation”. Del 14 al 17 de mayo de 2022, Coolum, Queensland, Australia
- Cameron P, Drinkwataer D, Pease J, BoBo T. “The ABCs of Mine to Mill and Metal Price Cycles”. Del 19 al 22 de febrero de 2022, Denver, Colorado, EE. UU.